Inmaculada concepción (murillo 1670)

Inmaculada concepción (murillo 1670)

El cuadro de la inmaculada concepción

Rodeada de ángeles, la Virgen María, grácil y etérea, cruza las manos sobre el pecho y mira al cielo. La escena está bañada por una luz suave y la Virgen está rodeada por una bruma dorada de nubes en las que parecen disolverse los ángeles. Bajo sus pies se ve la punta de una luna creciente, símbolo asociado a las imágenes de la Inmaculada Concepción (la creencia de que la Virgen fue concebida sin pecado).En su día se pensó que era de un imitador de Murillo, pero los trabajos de limpieza realizados en 1980 revelaron un cuadro de mayor calidad y la posible participación del propio maestro. Los ángeles inferiores, con manos expresivas, cuerpos retorcidos y movimiento enérgico, son de las mejores partes; son más probables de ser de Murillo.

Un campesino se apoya en un bloque de piedra astillada o en un alféizar y mira hacia algo -o alguien- que le hace sonreír. Este cuadro tuvo en su día un complemento, Una muchacha levantando el velo (colección particular), en el que una bonita muchacha intercambia una coqueta sonrisa con el muchacho que aparece aquí.Este es el…

Análisis del cuadro de la inmaculada concepción

La Inmaculada Concepción de El Escorial es un cuadro religioso al óleo de 1660-1665 del artista barroco español Bartolomé Esteban Murillo, actualmente en el Museo del Prado de Madrid. Las numerosas representaciones artísticas de Murillo sobre la inmaculada concepción de la Virgen María tuvieron una enorme influencia en el arte posterior[1]. Anteriormente se identificó como la Inmaculada Concepción de la Granja debido a una comprensión errónea de su historia.

Aunque la doctrina de que María fue concebida sin pecado no se definió dogmáticamente en la Iglesia católica hasta 1854,[2] que ella era impecable fue declarada en 1661 por el Papa Alejandro VII, una declaración por la que la iglesia española y la orden franciscana habían sido fuertes defensores durante mucho tiempo. [Para el culto mariano español, no sólo era esencial la pureza de María, sino también el concepto de que había sido concebida sin pecado[3]; por el contrario, la orden de los dominicos sostenía que había sido concebida en pecado, pero purificada mientras no había nacido en el vientre de su madre[1].

Cuadro de la Inmaculada Concepción de Murillo

La Inmaculada Concepción es un cuadro del pintor italiano Giovanni Battista Tiepolo (1696-1770). El cuadro fue uno de los siete retablos encargados en marzo de 1767 a Tiepolo por el rey Carlos III de España para la iglesia de San Pascual de Aranjuez, entonces en construcción. Ésta era originalmente un monasterio alcantarino (franciscano) que luego fue asignado a las monjas concepcionistas.

El cuadro fue encargado en 1767, en una época en la que la Inmaculada Concepción era ya un tema habitual en el arte, ya que la fiesta de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre) había sido restaurada en el calendario de los santos en 1708, aunque su teología no se establecería definitivamente como dogma hasta la declaración del Papa Pío IX en 1854. [Representa la Inmaculada Concepción, una tradición de la Iglesia Católica que afirma que la Virgen María fue concebida sin pecado original[2]. Representa a la Virgen María, rodeada de ángeles y coronada con el círculo de estrellas[1]. Los lirios y la rosa son referencias al hortus conclusus (“jardín cerrado”), y simbolizan el amor, la virginidad y la pureza de María. El cuadro se encuentra actualmente en el Museo del Prado, Madrid[3][4][5].

Restauración de la Inmaculada Concepción de Murillo

Virgen de la Inmaculada ConcepciónArtista: Bartolomé Esteban Murillo (español, 1618 – 1682)Virgen de la Inmaculada ConcepciónTítulo anterior:La Pequeña ConcepciónObjeto: ca. 1670Medio: Óleo sobre lienzoDimensiones:Enmarcado: 64 × 55 × 3 pulgadas (162,56 × 139,7 × 7,62 cm)

Etiqueta de la galeríaBartolomé Esteban MurilloEspañol, 1617/1618-1682Virgen de la Inmaculada Concepción, ca. 1670Óleo sobre lienzoMurillo fue uno de los más grandes pintores españoles del siglo XVII, conocido por sus atmosféricas representaciones de escenas religiosas. La Virgen de la Inmaculada Concepción es una obra posterior pintada en lo que se denomina el estilo vaporoso de Murillo. En ella, las texturas de la superficie se suavizan y los contornos parecen disolverse en la atmósfera resplandeciente, dando un aspecto suave y de otro mundo al tema del cuadro. La Inmaculada Concepción, creencia de la Iglesia latina desde hace siglos, sostiene que la Virgen María fue concebida naturalmente en el seno de su madre, pero con inmunidad al pecado original. Como segunda Eva y madre de Cristo, fue proclamada sin mancha o “inmaculada”. La luna creciente sobre la que está la Virgen es el símbolo espiritual de la Inmaculada Concepción. Adquirir: Nelson Trust, 30-32Provenza